Montreux es una de las localidades más agradables del Lago Lemán, hasta el punto de convertirse en una de las paradas obligadas de viajeros y turistas.
Estatua de Freddy Mercury |
Y es que, Montreaux es una localidad alegre, distinta a otras ciudades suizas más austeras y sombrías. Será que en esta región manda el vino, y no la cerveza boreal.
La ciudad es famosa tanto por su festival de jazz como por su clima y excelente ubicación en el extremo oriental del lago Léman.
La ribera Montreux desde el Castillo de Chillon |
Caminamos por la parte alta
de la ciudad, con buenas vistas, y por el paseo que, bordeando el lago, te permite disfrutar de las lujosas mansiones modernistas de su orilla.
En la plaza principal de la ciudad, la Place du Marché, visitamos el mercado cubierto de estructura metálica que se construyó en 1890 con fondos donados por Henri Nestlé. Al final de esta plaza, en la orilla del lago, es donde se alza la mencionada estatua en bronce de Freddy Mercury, muy fotografiada por los turistas.
Lago Lemán y al fondo los Alpes |
Aquí acudían personajes como Rousseau, Lord Byron, Dickens, Victor Hugo, Chaikovski...
Las condiciones del terreno y el clima favorecen que se críen unos vinos blancos ricos en matices. Las viñas que rodean el lago Léman le dan un aire mediterraneo que rompe todos los tópicos.
Castillo de Chillon |
Acabamos de visitar Montreaux, y por el paseo junto al Lemán nos dirigimos hacia el castillo.
Desde la orilla del lago, una silueta romántica y poderosa se impone a nuestra mirada: es el Castillo de Chillon, el monumento más fotografiado de Suiza junto con el reloj de flores de Ginebra, y uno de los monumentos más representativos de la zona.
Un baño junto al castillo |
Interior del castillo |
Cuando visitamos su interior, que nos llevó un par de horas, pudimos disfrutar de sus murales y la decoración original del siglo XIV. También caminamos por sus torreones y visitamos la prisión. No es de estrañar que Byron, después de visitarlo publicara un poema titulado "El prisionero de Chillon".
El castillo es un laberinto de pasillos, torres y salones repletos de muebles de la época, obras de arte y armas. Ciertamente, el interior no desmerece para nada su silueta y sus muros exteriores.
Para más información, pincha aquí.
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