Nos levantamos muy temprano para aprovechar al máximo el día. En una misma jornada queríamos hacer muchas cosas y el tiempo apremiaba. Nos dirigiríamos a Lucerna en coche, por la carretera A-12, a una distancia de 153 km., navegaríamos por el Lago de los Cuatro Cantones, subiríamos en el tren cremallera más empinado del mundo hasta la cima del Monte Pilatus y bajaríamos en teleférico primero y telecabina después hasta Kriens, donde cogeríamos un autobus urbano hasta la ciudad de Lucerna.
El lago forma un amplio brazo en su extremo sudeste, con pueblos que tienen una fuerte vinculación con la historia suiza.
Vista del Lago de Los Cuatro Cantones |
Nada más llegar dejamos los coches en un aparcamiento y nos dirigimos a los embarcaderos de la ciudad para buscar el barco que nos llevaba hasta Alpnachstad.
Para subir al Monte Pilatus, Alpnachstad y Kriens son sus accesos principales. El primero cuenta con un tren cremallera para subir a la cumbre y Kriens dispone de un funicular.
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Como acceder a la cima del Monte Pilatus |
El Lago de Lucerna es uno de los lagos navegables más bellos de Suiza (434 m sobre el nivel del mar), resulta fascinante por la belleza de sus paisajes y poder descubrirlo navegando sus aguas fue ideal, ya que nos permitió captar al máximo la belleza de las poblaciones ribereñas así como las montañas más famosas del mismo.
En la cubierta del barco. |
Noventa minutos después llegamos a Alpnachstad. Ya desde el puerto podíamos ver el tren cremallera que debíamos coger para subir al Pilatus. Tras sacar los billetes, subimos al tren y esperamos para iniciar el ascenso. Sería toda una aventura.
Vista del Monte Pilatus. |
El Monte Pilatus es una montaña de los Prealpes suizos, un símbolo de las excursiones de montaña en Suiza. No es por su modesta altura de 2.132 metros, sino por el tren cremallera que llega hasta ella, salvando pendientes de hasta un 48%.
Este tren fue inaugurado en 1889. Eduard Locher-Freuler consiguió llevar un ferrocarril a la cima del monte por un terreno abrupto y muy escarpado que requirió técnicas ingeniosas e innovadoras. De hecho, el sistema de vía y el diseño de bastidor es único en el mundo.
Alpnachstad. Base del tren cremallera |
Como el tren para dentro del hotel Bellevue, al bajar lo primero que vimos fueron las tiendas de sourvenirs. Pero nada más salir al exterior nos dimos cuenta de lo bonito que era el paisaje.
El tren cremallera llegando a la cima |
Punto de llegada, mirador y hotel |
En la cima, la realidad superó ampliamente a lo esperado, quedamos sobrecogidos por el espectáculo de la naturaleza en estado puro. Un paisaje de montañas, lagos, bosques y prados que se extendían como una alfombra infinita a nuestros pies, 360 grados a nuestro alrededor, hasta donde nos alcanzaba la vista.
Uno de los senderos |
Galerias excavadas en la montaña |
El Monte Pilatus tiene una amplia red de senderos. Hay varios miradores, a los que se accede por unas escaleras. Nosotros, tras una subida de unos 10 minutos llegamos al mirador Essel, que está junto al hotel. No exagero al decir que la vista de los lagos y los Alpes es espectacular, al igual que la panorámica del recinto del Pilatus.
También caminamos en la cima por el Drakenweg, el camino de los dragones, que discurre en parte por una galeria rocosa con buenas vistas.
Galerias y mirador |
Después de subir a miradores, caminar por galerías excavadas en la roca, subir y bajar escaleras, y disfrutar del paisaje, nos dirigimos a comer, en la misma cima, en una terraza con magníficas vistas.
Cuando acabamos de comer, era la hora de bajar para visitar Lucerna, así que nos dirigimos al teleférico en forma de trapecio y con grandes ventanales que nos bajó por la zona más abrupta del monte hasta el telecabina.
Vistas del lago desde la cima |
Durante el trayecto en el telecabina hacia Kriens, pasamos entre abetos y prados, con Lucerna al fondo, y el lago y montañas a nuestro alrededor.
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