Selva Negra: Monte Feldberg, lago Titisee, Furtwangen, St. Märgen, St. Peter y Glottertal.




Nuestro último día en Alemania la dedicamos a viajar al corazón de la Selva Negra. Desde Friburgo, donde nos alojábamos, hasta el Monte Feldberg que fue nuestra primera parada, hay  47 km de distancia por una carretera que cruza la Selva Negra.

 Con sus granjas solitarias, casi ocultas bajo enormes tejados que cubren los laterales del edificio y parte de su fachada, entre bosques de altos abetos y prados, esta región conserva una considerable herencia de los tiempos medievales que se vislumbra en sus pueblos y monasterios.
La Selva Negra camino del Monte Feldberg

Lo bueno del día es que no llovía, y lo malo era la niebla. Queríamos subir a la cumbre del Monte Feldberg y disfrutar de las vistas, pero temíamos que el tiempo no nos iba a permitir ver los paisajes de la Selva Negra, los Vosgos y también los Alpes a lo lejos desde la cumbre. Y así fue.

El Monte Feldberg es una de las montañas emblemáticas de esta región y la más alta con 1493 m de altura en su cumbre. Así, cuando llegamos, dejamos el coche en un parking cerca del telecabina y subimos hasta la cumbre.. Por desgracia, y como ya pensábamos, una espesa niebla rodeaba la cumbre y nos fue imposible disfrutar de las vistas desde el mirador. La temperatura arriba era de 6 grados y eso que era agosto. A pesar de la niebla, dimos un paseo por la cumbre.

Niebla en el Monte Feldberg
Vista del lago y Titisee al fondo
















Una vez abajo, nos dirigimos hacia el Lago Titisee. Los escasos 21 km que separan las dos localidades y en torno al lago, bosques de oscuros y enormes abetos dan plena razón de ser al título de Selva Negra.


El pueblo está volcado al turismo. Nos sorprendió la cantidad de turistas que había en Titisee.  Dimos un paseo por el lago y aprovechamos para comer en este pueblo. Hay bastantes comercios y restaurantes pero suelen estar ocupados con los grupos de turistas que suelen parar a visitarlo.
Granjas rodeadas de pastos

Desde Titisee nos dirigimos a Furtwangen, a 30 km., el camino continua cruzando bosques y granjas rodeadas de prados. Casi de casualidad paramos en un mirador con unas vistas espectaculares y aprovechamos para hacer fotos de los bonitos paisajes.

Mirador camino de Furtwangen
Furtwangen es la patria de los relojes de cuco, con sus granjas y sus molinos de agua, conforma el genuino paisaje rural de la región. Esta ciudad se encuentra cerca de Donaueschingen que es donde se encuentra la fuente original del río Danubio.

Después de subir hasta sus pistas de esqui, dejamos la ciudad para encaminarnos hasta St. Märgen, a 23 km. dirección Friburgo. Un pueblo tradicional de esta región con un priorato románico y un lago donde poder darse un baño. 

Desde St. Märgen continuamos hasta St. Peter, otro pueblo cuyo principal atractivo es el monasterio benedictino de San Pedro fundado en el siglo XI y ubicado a 20 km de Friburgo.
Los alrededores del pueblo son muy bonitos, y de camino, paramos varias veces en la carretera para disfrutar del paisaje y hacer algunas fotos.

Monasterio benedictino de St.Peter
De vuelta a Friburgo, paramos en Glottertal (significa valle del rio Glotter). Esta fue una parada más logística que turística. 

Queríamos probar un dulce típico de esta región que es la tarta Selva Negra. Merendamos tranquilamente y después de dar un pequeño paseo por el pueblo volvimos a Friburgo.
Merendando en Glottertal


Cuando llegamos a Friburgo, para aprovechar nuestra última noche en Alemania, salimos a cenar y dar un paseo por la Plaza de la Catedral para disfrutar de la animación y a la vez despedirnos de esta bonita ciudad.

Para ver el viaje completo pinchad aquí.

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