Ruta de los vinos de Alsacia: Ribeauvillé, Riquewihr y Eguisheim



Nuestro último día en Alsacia lo dedicamos a visitar los bonitos pueblos que forman la conocida Ruta de los Vinos. Por supuesto no pudimos visitarlos todos pero hicimos una selección con los que nos parecieron más interesantes y así pasar nuestra última jornada en Francia antes de viajar a Alemania y visitar la Selva Negra.

Otros pueblos bonitos de ver en esta ruta son Hunawihr, Kayserberg, Turckheim y Mulhouse.

Ayuntamiento Ribeauvillé
Como he comentado antes, solo visitamos Ribeauvillé, Riquewihr y Eguisheim por falta de tiempo, pero también es cierto que estos pueblos son muy parecidos y no es necesario verlos todos para tener una imagen completa de la Alsacia rural que tanto nos gusta.

La distancia entre Ribeauvillé al norte y Eguisheim al sur es de 20 km por lo que al ser desplazamientos pequeños el día se aprovecha muy bien para las visitas turísticas. Aconsejo ir por la carretera que une estos pueblos de la ruta y no por la autopista puesto que es un camino encantador entre grandes extensiones de viñedos y salpicados de pueblecitos con Los Vosgos de fondo.

Torre de los Carniceros. Ribeauvillé.
Esta Ruta del Vino, de 108 km, que serpentea por los Vosgos entre Marlenheim y Thann es de las más famosas de Francia, muy frecuentada por turistas y donde además de viñedos encontramos bodegas, tabernas donde beber un buen vino blanco y museos del vino.

Nosotros comenzamos la jornada visitando Ribeauvillé, un bello ejemplo de villa alsaciana con una estrecha Calle Mayor, flanqueada por casas medievales y patios del siglo XVI. La mejor forma de disfrutar de este pueblo es recorriendo su calle Mayor. Desde la entrada a Ribeauvillé, hasta su parte alta, esta calle te permite cruzar todo el pueblo y así disfrutar de su arquitectura y patrimonio.


La Calle Mayor está dividida en dos por la Torre de los Carniceros, originaria del siglo XIII y muy cerca de allí se encuentra la Fuente du Vigneron, la Iglesia del Convento, Iglesia de St. Gregorio y el ayuntamiento.

Ribeauvillé es conocida además de por sus vinos, por los tres castillos situados en la montaña que domina el pueblo, el castillo Saint Ulrich, Haut-Ribeaupierre (siglo XII) y Giersberg (siglo XIII). Estos castillos forman un conjunto feudal de primer orden entre los históricos lugares alsacianos.
Calle Mayor de Ribeauvillé

Mientras paseábamos por la Calle Mayor, entrábamos a los numerosos comercios y bodegas del pueblo para probar y comprar sus vinos y productos típicos.

Como llegamos bastante temprano a Ribeauvillé, a media mañana ya habíamos terminado nuestra visita y nos dirigimos en coche hacia Riquewihr.
Muralla de Riquewihr

Podemos decir que Riquewihr tiene todo lo necesario para considerarlo el pueblo más bonito de Alsacia. Esta ciudad fortificada, ubicada en un valle entre viñedos, montañas y bosques tiene además de este patrimonio natural un inmenso patrimonio arquitectónico con más 40 monumentos clasificados como monumentos históricos.

Riquewihr está protegida por una doble muralla, sus casas erigidas entre los siglos XV y XVIII forman un conjunto urbano denso y de una riqueza arquitectónica excepcional.


Calle General de Gaulle. Al fondo la Puerta Alta.

Nosotros lo visitamos un miércoles pues parece ser que los fines de semana  acuden grupos de turistas y la visita no es tan agradable.










Al pasear por sus calles podemos contemplar iglesias, casas con entramados de madera, de fachadas coloridas y con muchas flores, la muralla, la Casa Schickhardt, el Ayuntamiento, el rascacielos (12 de la Rue du Gial de Gaulle) del siglo XVI y cinco plantas de altura , con 25 m. de alto es una de las casas de madera más altas de Alsacia. También son bonitas la Casa Gourmet, la fuente de La Sinne, la Torre de los Ladrones, La Puerta Alta, la Casa Dissier y tantas otras. 

Casa "El rascacielos"














Pero Riquewihr no alimenta solo nuestra vista, con sus bodegas y comercios de productos artesanos, sus restaurantes, pastelerias, terrazas... En fin, un placer para todos los sentidos y que no dejará indiferente a nadie.




Ya acabada nuestra visita, y después de un descanso en una de sus terrazas, dejamos este bonito pueblo para ir a visitar Eguisheim.


Unos kilómetros más al sur y siguiendo siempre ese misma carretera entre viñedos llegamos a Eguisheim. Una vez dejado el coche en un parking nos dedicamos a visitarlo

No es muy grande, así que bastan unas horas para pasear por sus calles empedradas, ver sus fachadas típicas de entramados de madera, la iglesia y las bonitas fuentes.

Plaza Central. Castillo Condes de Eguisheim y la Iglesia

Seguramente lo más característico de Eguisheim sean sus calles concéntricas, como todo el casco antiguo se encontraba en el interiror de la muralla, ahora es posible pasear por una calle que era el camino de ronda medieval. 

Pero si el paseo por las callejuelas es bonito, no es nada comparado a la sorpresa de llegar a su plaza central o Plaza del Mercado, expléndida, un bello conjunto arquitectónico formado por una fuente renacentísta de finales del XV y catalogada de monumento histórico, el castillo de los Condes de Eguisheim con la capilla del Papa León IX y la iglesia del románico tardío de San Pedro y San Pablo.


Decir que este pueblo nos sorprendió sería quedarse corto, mucho más tranquilo e íntimo que Riquewihr, encontramos pocos turistas, pero sin nada que envidiar a otros pueblos de la Ruta del Vino. Recomiendo entrar a la iglesia y disfrutar de las vistas en su Plaza del Mercado. Nosotros desconocíamos la historia de Eguisheim y resultó muy interesante.
Bodega
Escultura del Papa León IX


















Con la visita a Eguisheim acabamos la jornada, volvemos para cenar y dormir en Colmar y esta noche preparar maletas para mañana continuar camino hacia Alemania. Nos marchamos conociendo mucho más esta región de Francia y satisfechos por todas las emociones vividas estos días.

Para ver el viaje completo pinchad aquí.
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