Friburgo



 La distancia entre Colmar, donde nos alojábamos, y Friburgo, donde dormimos tres noches, solo es de 52 km, y en menos de una hora nos encontramos ya en el hotel deshaciendo maletas. Como salimos de Colmar muy pronto, tuvimos toda la jornada para visitar Friburgo.

La carretera que une estas dos ciudades deja atrás Alsacia, atraviesa la planicie que separa Los Vosgos de la Selva Negra y después de cruzar el rio Rin,  que se encuentra a mitad de camino y es frontera natural entre estos dos países, llegamos a Friburgo que es considerada la puerta de la Selva Negra.

Las autopistas alemanas son gratuitas y sin límite de velocidad excepto en los días de lluvia. Por este motivo se conduce muy rápido, encontramos algunos tramos de autopistas en obras y un tráfico denso. Todo esto, unido a la lluvia, fue lo habitual en nuestros desplazamientos por las carreteras alemanas.

Vidrieras Catedral Friburgo
Catedral Friburgo













Teníamos muchas ganas de visitar los densos bosques de abetos, hayas, castaños y robles de este territorio del que tanto habíamos oído hablar. Pero aún tuvimos que esperar unos días para adentrarnos en el corazón de la Selva Negra. Nuestro primer destino era Friburgo y la jornada siguiente la dedicaríamos a visitar Heidelberg.

Nada más llegar al hotel y dejar las maletas pedimos un plano de la ciudad en el hotel y con los paraguas en mano comenzamos nuestra visita a Friburgo.

Siempre que llegamos a una ciudad nueva y salimos a sus calles a visitarla por primera vez, nos invade una agradable sensación que imagino que conocerán las personas que disfrutan de los viajes: cuando lo planean, durante los días del viaje y después de este con las fotos y recuerdos de los lugares que nos hicieron sentir bien.

Torre Catedral











Pues así nos sentíamos cuando, con plano y paraguas en mano, salimos del hotel y empezamos a caminar por las calles del centro hasta llegar a la Plaza de la Catedral (Münsterplatz) y después de doblar una esquina nos encontramos con la Catedral.

La Catedral de Friburgo, de estilo gótico, fue construida en tres etapas sobre una iglesia románica y desde luego es el monumento más alto e imponente de la ciudad.

Su torre mide 116 m de altura y se puede subir para ver los tejados rojos del centro histórico y disfrutar de una panorámica de la ciudad.
Kaufhaus Siglo XVI

Se dice que Friburgo tiene un ritmo más tranquilo que otras ciudades alemanas, y quizás por eso, el reloj del campanario de la catedral carece de minutero.

 Cuando entramos en la Catedral, disfrutamos de la paz que transmiten estos hermosos templos góticos, nos extasiamos con sus impresionantes vidrieras medievales originales y además, tuvimos la suerte de asistir a una misa con música de órgano y donde tanto los sacerdotes como los feligreses cantaban lo que seguian en los libros de salmos.

Realmente fue una experiencia inesperada, y no es que en España no lo hayamos vivido en otras ocasiones, pero fuera de casa y en alemán era la primera vez.

Puerta de Martín
Friburgo es ciudad universitaria y se nota en lo animada que es y en la gran cantidad de bicicletas que circulan por ella, que junto a tranvías y autobuses, son los únicos vehículos que pueden circular por la amplia zona peatonal.

Por ello, entre otros motivos, es considerada la ciudad más ecológica de Alemania.

A continuación seguimos paseando por la Plaza de la Catedral, muy animada por cierto, y no solo de turistas sino de vecinos  que se acercan a pasear por el mercadillo que instalan todos los días en la plaza y del restaurante terraza que hay en un lateral de la catedral y que antiguamente fueron almacenes de la ciudad.

Este edificio en el lateral de la Catedral es el Historisches Kaufhaus, almacenes construidos en el siglo XVI, del mismo color rojo que el viejo ayuntamiento, dos estilizadas cúpulas y la fachada con bellos escudos y esculturas del emperador Maximiliano I, el rey Felipe el Hermoso, el emperador Carlos V y su hermano Fernando I en honor a la Casa de los Austrias.

Seguimos callejeando por Friburgo con cuidado de no pisar los pequeños canales que bordean las calles y que durante la Edad Media suministraban agua a los pescadores y curtidores locales. Una tradición asegura que si un visitante varón pisa estos canales, se casará con una chica de la ciudad. No sé si vale también para las mujeres, pero como no quiero ser bígama, prefiero evitar el riesgo.

Ayuntamiento Nuevo y Viejo
Y paseando llegamos a la Rathausplatz o Plaza del Ayuntamiento. Aquí, se encuentra el Antiguo y el Nuevo Ayuntamiento y es en el Antiguo donde está la oficina de turismo de la ciudad. Ambos datan del siglo XVI y son Monumento Nacional.

En el edificio del Antiguo Ayuntamiento lo más llamativo es su característico color rojo, la torre  con portal renacentista y un reloj coronado con un águila bicéfala del Sacro Imperio Romano Germánico.

Aprovechando las terrazas que hay en esta plaza y lo cansados que estábamos, decidimos sentarnos en una heladería mientras disfrutábamos de la animación y de las vistas.

Ayuntamiento
Nos quedaba por visitar las dos puertas de la muralla antigua de la ciudad: Puerta de Martín y Puerta de los Suabos. Esta última de gran valor defensivo por su situación en un cruce de caminos y la Puerta de Martín la más antigua y que data del siglo XIII.

Visitado los monumentos de mayor interés, era el momento de pasear sin rumbo fijo, a lo largo de la Kaiser-Joseph-StraBe hasta llegar a las calles más románticas de Friburgo, la Fischerau y la Gerberau, ambas junto a un canal. Aquí vivían y trabajaban los pescadores y curtidores medievales. Hoy permanece el canal, sus puentes y unas casitas  con muchos geránios en sus balcones.

Puerta de los Suabos
Como era de esperar, se nos pasó la hora de la cena en Alemania  y no fue facil encontrar un restaurante con mesas libres. Al final conseguimos cenar en un pequeño restaurante  cerca de la Puerta de los Suabos, con pocas mesas y una camarera alemana muy agradable.

Después de la cena, paseamos por la ciudad, vimos sus monumentos iluminados y volvimos a nuestro hotel.
    
Para ver el viaje entero pinchad aquí.

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