Heidelberg



En esta jornada viajamos hasta Heidelberg, a 186 km de Friburgo y dos horas de carretera por autopista.

Esta ciudad alemana está situada en el valle del rio Neckar, al noroeste del land de Baden-Württemberg.

Vistas de Heidelberg desde el Castillo
Puente Viejo sobre el río Neckar
 Conocida principalmente por su castillo y su universidad, la más antigua de Alemania y fundada en 1386, cuando se contempla la ciudad desde la derecha del río Neckar  es imposible no enamorarse de inmediato de ella.

Heidelberg es considerada la ciudad más romántica de Alemania y cuna del romanticismo alemán. y basta pasear por sus calles y subir a su castillo para dar fe de ello.



Nosotros comenzamos nuestra visita en la orilla derecha del río, en el inspirador Paseo de los Filósofos, un sendero peatonal frente a la ciudad con un mirador desde el cual admirar las vistas de la ciudad y del río Neckar.

Como todo el casco histórico es peatonal (Altstad), dejamos el coche en un parking que hay junto al rio, muy cerca del centro y comenzamos nuestra visita de la ciudad.

Parte exterior del Castillo
Una vez que disfrutamos de las vistas desde el mirador e hicimos fotos del castillo, el puente y la ciudad, cruzamos el río por el Puente Carlos Teodoro, también llamado Puente Viejo y que es uno de los iconos de Heidelberg. Fue construido en el siglo XVIII en el lugar donde había un puente de madera del siglo XIII que fue destruido en una inundación.
Edificios en el interior del Castillo

En la orilla izquierda del río, antes de entrar en el casco antiguo, nos encontramos con La Puerta de Carlos, con las dos torres de 28 m de altura que lo presiden y que una vez fueron parte de la muralla del siglo XV que rodeaba la ciudad.

Si seguimos la Steingasse, llegamos a la Marktplatz o Plaza del Mercado, situada en el centro del casco antiguo y uno de los lugares más animados de la ciudad. En esta plaza se encuentra la Iglesia del Espíritu Santo.

Esta iglesia de estilo gótico fue construida entre los años 1398 y 1515, una curiosidad de este templo es que entre los años 1706 y 1936, tuvo un muro en su interior que dividía a los fieles católicos y protestantes. Para ascender a su aguja hay que subir 204 escalones.
Iglesia del Espíritu Santo. Plaza del Mercado

Barril gigante















Ya en el centro de la ciudad, decidimos iniciar el ascenso al Castillo con el funicular, aunque también se puede subir a pie en un paseo de unos quince minutos.

El Castillo domina la ciudad a unos 70 metros sobre el río Neckar, en una terraza del monte Königstuhl, con un bonito jardin y mirador donde pudimos admirar las vistas de la ciudad, el río y la otra orilla de la ciudad. Desde luego merece la pena esta visita que nos ocupó toda la mañana y que tuvimos que hacer con paraguas en mano por la persistente lluvia que nos perseguía allá donde íbamos.
Casa Zum Ritter



El Castillo es, en realidad, un recinto con una veintena de edificios. Habilitado en el año 1100 como monasterio, después como fortaleza fue devastado por los franceses en el siglo XVII. Aunque una parte se encuentra en ruinas, aún permite apreciar la belleza del palacio Ottheinrichsbau y del palacio Friedrichsbau, ambos de estilo renacentista.

Una vez que visitamos los jardines del castillo, el Museo de la Farmacia (siglo XVIII), y en la bodega nos asombramos con la Grosses Fass, el tonel de vino más grande del mundo (221.000 l), era el momento de hacer una parada para comer y que mejor que en la cafetería del castillo comiendo unas salchichas con la cerveza típica de la ciudad.

Fachada del Ayuntamiento con el Castillo al fondo.

Después de comer acabamos de visitar el Castillo y bajamos de nuevo a la ciudad. 

Bajando desde el Castillo al centro, pasamos por la Karlsplats y la Kornmarck (mercado del grano), una bonita plaza rodeada de elegantes casas burguesas, cafes, terrazas y el Ayuntamiento.

En la Plaza del Mercado se haya la Haus zum Ritter o Casa del Caballero, de estilo renacentista tardio y con una imagen de San Jorge. Es una de las joyas arquitectónicas de Heidelberg. De los pocos edificios que sobrevivieron a las guerras del siglo XVII, seguramente por estar construida en su totalidad en piedra.

 
Puerta de Carlos
Iglesia de San Pedro
















Desde este punto parte la Haupstrasse (Calle Mayor), de 2 km de larga, es la calle peatonal más larga de Alemania y paseando por ella veremos restaurantes de comida tradicional alemana, comercios y en sus calles perpendiculares se encuentran la Iglesia de los Jesuitas, la Universidad Histórica, la Prisión de los estudiantes, la Iglesia de la Providencia con su torre renacentísta, la Casa del Gigante y algunos museos.

Desde luego en Heidelberg, además de visitar los monumentos más importantes, merece la pena pasear por sus estrechas calles, disfrutar de sus plazas y asomarse al río Neckar para disfrutar de las vistas del Castillo y de la ciudad.


Por la tarde, hicimos un pequeño crucero en un barco solar por el río Neckar; y mientras el barco navegaba, nosotros disfrutabamos de las románticas vistas tomando una copa y despidiéndonos en silencio y con algo de tristeza de esta bonita ciudad.

Para ver el viaje completo pinchad aquí.

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