Sevilla

Cuando  nos  dispusimos  a  preparar  el  último  viaje  del año,  vimos que  entre  todos  los destinos Sevilla nos cuadraba perfectamente y no dudamos un segundo en decantarnos por esta ciudad. 

Plaza de España
La ciudad tiene un casco antiguo grande pero a la vez todo está muy cerca. Su casco antiguo es el más extenso de España y uno de los tres más grandes de Europa junto a los de Venecia y Génova.

Plaza del Triunfo
Sevilla fue centro neurálgico del reino de Tartesos y refundada por Julio Cesar. Se consolidó como ciudad bajo el califato de Córdoba antes de su conquista por los cristianos en 1248.
                       
La ciudad es animada, romántica y alegre, con sus calles bulliciosas y agitadas, una ciudad para pasear por sus calles, sus plazas, las orillas del río. El ambiente nos invitaba a ello.

Barrio de Triana.
En los restaurantes sevillanos encontramos todas las posibilidades, desde la cocina andaluza, hasta especialidades regionales de toda España y de la cocina internacional.

Sin necesidad de salir del barrio de Santa Cruz es fácil encontrar locales excelentes. También son aconsejables los locales de la zona del río, tanto en la orilla este, en las cercanías de la Real Maestranza, como al otro lado del Guadalquivir, en especial en la Calle Betis y alrededores.

Calle Mateo Gagos
El tapeo es un rito, y muchos sevillanos hacen de él una forma de comer. Cada barrio  tiene su ruta. Entre las más habituales se encuentran la del barrio de Santa Cruz, el entorno de la Plaza de la Alfalfa, la Plaza de El Salvador y los bares de Triana.

Para los amantes de la Semana Santa, es posible ver algunas de las imágenes de los pasos durante todo el año. Las más famosas son las de la Basílica de la Macarena (imagen de la Virgen de la Esperanza Macarena), la Iglesia de Jesús del Gran Poder (imagen del Cristo del Gran Poder), Iglesia de El Salvador (imagen del Crucificado del Amor y la del Nazareno de Pasión.
Virgen Esperanza de Triana

Iglesia de El Salvador














La ciudad de Sevilla tiene tantos lugares de interés para visitar que es fácil dejarse alguno si no se va a la oficina de turismo a la llegada a la ciudad, o antes de iniciar el viaje se consulta en internet alguna página de turismo o blog para informarse de horarios y localizaciones de monumentos en la ciudad.

Dia 1: Sevilla.
Nada   más  salir  del  apartamento nos encontramos en una preciosa plaza junto a la  catedral, rodeados de coches de caballos y turistas.


La Plaza del Triunfo estaba tomada por paseantes y turistas. Nos paramos a los pies de la estatua de la Inmaculada Concepción para observar uno de los conjuntos monumentales más soberbios del mundo. A un lado, la Catedral, comunión en piedra de contrafuertes, arbotantes y pináculos estilizados. Frente a nosotros, el Archivo de Indias, antigua Lonja donde se citaban mercaderes y negociantes.

Hoy, el archivo renacentista es casa de libros antiguos, mapas pintados a mano y documentos de épocas pasadas. 

Entrada Real Alcázar
Cierra la trilogía monumental los Reales Alcázares, un complejo conjunto palatino rebosante de ricos salones, variados pabellones, anchos corredores y soleados patios.

Comenzamos nuestra visita a la ciudad en la Plaza Virgen de los Reyes, junto a la Catedral. El mayor templo gótico del mundo. 

Plaza Virgen de los Reyes
La Catedral fue el primer lugar que visitamos de nuestra lista de cosas que ver en Sevilla. Apenas tuvimos que esperar unos minutos en la Puerta del Príncipe para poder entrar a la catedral. Mientras contemplábamos la bonita réplica de la escultura el Giraldillo.

Puerta del Príncipe
Réplica de el Giraldillo
Fachada lateral de la Catedral  donde
se encuentra la Puerta del Príncipe.















La catedral de Sevilla se construyó encima de la antigua mezquita aljama de Sevilla, de la cual solo se conserva el Patio de los Naranjos y el alminar (la Giralda).

La    catedral    en    el   siglo  XII   era   una  improvisada  madraza    donde    maestros    de   la     gramática,     la    astronomía      y     las      matemáticas    impartían    sus conocimientos. Ahora, a finales del otoño, en la puerta de la catedral, los visitantes esperábamos junto a  la Puerta del Príncipe (o de San Cristobal) para entrar a visitarla.

Un guía explicaba a un grupo de turistas que cuando se mandó construir la catedral, decían: "Hagamos una iglesia tan hermosa y tan grande que los que la vieren acabada nos tengan por locos". Era el propósito que se hicieron los canónigos hispalenses un 8 de julio de 1401.


Hoy en día, es el mayor templo gótico del mundo, con puertas tan célebres como las del PríncipeSan MiguelPortada de la Asunción y la del Perdón. Su gran símbolo es la Giralda, viejo alminar árabe a cuyo pie se extiende el Patio de los Naranjos.

El Patio de los Naranjos y la Puerta del Perdón vista desde la Giralda
El Patio de los Naranjos era el primitivo patio de las abluciones de la mezquita almohade. Desde la calle, se accede a su interior a través de la Puerta del Perdón, decorada con yeserías renacentistas de 1522.

La Iglesia del Sagrario es un templo integrado en la catedral que se comenzó a construir en 1618 en estilo barroco. Su interior está ricamente decorado.

Puerta de la Concepción














Cuando hicimos el recorrido por el interior de la catedral, entrando en las capillas, en el coro, el bonito órgano y los sepulcros de obispos yacentes, quedamos boquiabiertos. También ante las pinturas, retablos y esculturas que cubrían algunos muros de las numerosas y ricas capillas. 

Contemplamos numerosas obras de arte en el interior de la catedral durante nuestra visita esa mañana.

En su construcción se empleó la piedra como principal material de construcción, como era lo habitual en la arquitectura gótica.


Interior de la catedral.


En un ala encontramos el mausoleo donde reposa Cristobal Colón. Nos impactaron los cuatro gigantescos maceros de bronce y rostros de alabastro que portan sobre sus hombros el pesado féretro. Cuesta asimilar el alcance de la figura histórica que está enterrada allí: Colón, el descubridor de América. 

Mausoleo de Cristobal Colón
En la Capilla Real se encuentran sepultados el Rey San Fernando, Alfonso X el Sabio y Pedro I el Cruel. Tambien hay  pinturas de Murillo en el interior de la catedral.

Cuatro maceros sostienen el féretro en alusión a los antiguos
 cuatro reinos españoles: Castilla, León, Aragón y Navarra















Desde luego es una de las catedrales más bellas que hemos visitado, además de su importancia histórica, por el valor de las obras de arte expuestas en su interior. 

En el precio de la entrada a la catedral va incluida la de la subida a la Giralda y la visita de la Iglesia de El Salvador.

















Sin duda una de las visitas más interesantes para hacer en la ciudad. Pasamos varias horas disfrutando de ella antes de subir a su torre campanario.

La Giralda es la torre campanario de la Catedral y el símbolo de Sevilla, se erigió como alminar de la mezquita entre 1184 y 1198 y fue construida a semejanza del alminar de la mezquita Kutubia de Marrakech. 



Su nombre lo debe a la veleta de bronce que hay en la cúspide, añadida en el siglo XVI. En la Puerta del Príncipe hay una replica que se puede ver mientras que se espera en la fila para entrar a la catedral.


Vista de la Giralda desde el Patio de Los Naranjos.
La torre está hecha con dos cuerpos unidos que muestran la fusión de culturas que caracteriza tanto a la ciudad, el alminar original de finales del siglo XII, época almohade, y el tercio superior el cambio al renacimiento, con el campanario y el Giraldillo, la escultura de bronce más grande de su época en Europa.

Al subir al campanario, después de subir sus rampas hasta los 104 metros de altura, pudimos contemplar una  bonita panorámica de la ciudad.























Treinta y cuatro plantas tiene la Giralda. Cuentan que los jinetes almohades subían a lomos de sus caballos por las suaves rampas que conducían a la parte alta del alminar.

Hoy a la Giranda sólo suben turistas con cámaras de fotos, y aunque ya no queda muecín que llame al rezo, ella sigue ahí, firme y esbelta sobre la ciudad.


Campanario de la Giralda y el Giraldillo coronándolo.

















Si la visita a la Giralda resulta casi obligada por muchas razones, hay una que justifica subir sus treinta y cuatro plantas. Desde lo alto de la torre se contempla la mejor vista panorámica de la ciudad, con el barrio de Santa Cruz en primer término.

Al bajar de la catedral visitamos el Patio de los Naranjos y nos hacemos unas fotos con la bella puerta de la catedral y la torre, junto a la antigua fuente visigoda del patio.
















Cuando salimos de la catedral, un cochero nos ofreció un paseo en su calesa de caballos. Aunque en ese momento declinamos su invitación, queríamos dar un paseo en coche de caballos durante nuestra visita a Sevilla.

Como  las  tapas  en  Sevilla  son una segunda religión, pudimos probar muchas  que  estaban buenísimas.  Echábamos  un  ojo antes de sentarnos para poder guiarnos  por la pinta  a modo general.


Vista desde la Giralda de el Real Alcázar, el Patio de Banderas y la Plaza de España a lo lejos
Después de comer nos dirigimos a la Plaza de El Salvador, en el corazón de la ciudad, que debe su nombre a la iglesia que la preside.

Barrio de Santa Cruz y Plaza Virgen de los Reyes
 Es un espacio donde los fines de semana los sevillanos se reúnen en las terrazas de las cervecerías. Un lugar de encuentro.








Situada en la parte trasera del Ayuntamiento, en esta plaza convergen algunas de las calles más importantes de la ciudad, como la Avenida de la Constitución y las calles comerciales paralelas como la Calle Sierpes y Tetuán donde se pueden comprar algunos recuerdos de la visita a Sevilla.

En  esta  plaza  hubo   originalmente un  edificio  de la  época romana,   luego en el siglo IX  se construyó  la  mezquita  más  grande  de la ciudad hasta que en  1248,  el  rey  Fernando III  de  Castilla,  tras  la reconquista  de  la ciudad,  situó la catedral  en esta antigua mezquita hasta la construcción de la actual.

La Iglesia de El Salvador es de estilo barroco, aunque la fachada principal, que da a la Plaza del Salvador, tien influencia manierista. 

Su interior está proyectado como un gran salón rectangular. Tiene pilares    con     columnas 
endosadas que sostienen bóvedas a gran altura, y también está ricamente decorado con mármoles y dorados, además de las dos importantes imágenes religiosas de la Semana Santa sevillana . 

En su interior se encuentran un total de 14 retablos, imágenes famosas en la ciudad, y es la sede de cinco hermandades de Semana Santa.

Al salir paseamos un rato por las calles que rodean a la iglesia que estaban muy animadas, y así llegamos hasta la Plaza Nueva junto al Ayuntamiento.

El Ayuntamiento es uno de los mejores ejemplos de arquitectura plateresca en Andalucia y la fachada que da a Plaza Nueva en estilo neoclásico. 

Fue construido entre los siglos XVI y XIX. El cabildo se reunió por primera vez en esta sede en 1556. En su interior visitamos la escalera principal y la sala capitular. También muy destacable la colección pictórica y el antiguo y valioso pendón de la ciudad.


Ayuntamiento
Como era el Puente de la Constitución, la ciudad estaba preciosa con la iluminación navideña. Junto al ayuntamiento vimos iluminados la corona y turbantes de los Reyes Magos. 


Fachada del Ayuntamiento con iluminación navideña
Desde el Ayuntamiento nos dirigimos caminando hasta el Parque de Maria Luisa, queríamos visitar la Plaza de España antes de que oscureciera.



Paseamos durante un buen rato hasta llegar a la Plaza de España. Es una construcción espectacular que se encuentra dentro del Parque y es obra del arquitecto Aníbal González para la Exposición Iberoamericana.

Se trata de una plaza semicircular monumental de estilo mudéjar, decorada con ladrillo visto, mármol y cerámica que le dan un toque renacentista, y las dos torres barrocas situadas a los lados. 

Plaza de España
La Plaza de España esta orientada hacia el río, mostrando el camino hacia América, y simboliza el abrazo de España a las antiguas colonias.

Hay un canal que se puede cruzar a través de cuatro puentes que simbolizan las coronas de España (Castilla, León, Aragón y Navarra).



El conjunto arquitectónico se construyó entre 1914 y 1929 como el edificio principal y el de mayor envergadura de la Exposición Iberoamericana de 1929. Es el más grande que se ha levantado en Sevilla durante el siglo XX.



Cuando llegamos a la Plaza de España era el atardecer. Caminamos entre visitantes durante un buen rato, disfrutando de los bonitos edificios y el precioso conjunto mientras nos hacíamos muchas fotos con los distintos tonos de luz del atardecer.


La Plaza de España al anochecer















Salimos del parque en dirección al río para caminar por su orilla hasta el Puente de Triana y cenar allí.

Aunque ya había oscurecido, la temperatura era muy agradable y el paseo por la orilla del río lo disfrutamos mucho. Teníamos el río Guadalquivir a la izquierda y el centro de la ciudad a la derecha. Veíamos las luces de la ciudad y la Torre del Oro a lo lejos. 

Vista del centro histórico desde Triana
El río Guadalquivir es cauce y linea divisoria que deja a un lado el centro de Sevilla, y al otro Triana, el barrio más castizo de la ciudad.

La  vía  más  frecuente  para  acceder  al  barrio es  el  Puente  de Isabel II,  conocido  como el  Puente  de Triana,  una  de  las  señas de identidad del barrio. Se construyó entre 1845  y 1852. Lo cruzamos y nos sentamos en un bar cercano a descansar un rato .


Torre del Oro al anochecer
Triana es uno de los barríos míticos de Sevilla. Se extiende al oeste de Sevilla, frente a la ciudad vieja, al otro lado del río.

Famoso  por  ser  cuna  de toreros,  cantaores  y bailaores de  flamenco, Triana  ha visto crecer artistas famosos dentro y fuera de España.

Una vez que cruzamos el puente nos encontramos en la Plaza del Altozano, donde está el monumento a Juan Belmonte. En la plaza se encuentra el peculiar mercado de abastos, actual Mercado de Triana, en cuyos bajos se encuentran los restos del antiguo Castillo de San Jorge y que fue sede de la Inquisición desde 1481.

Capilla de los Marineros
Calle Pureza. Triana
Castillo de San Jorge en la Plaza del Altozano. Triana

















Llegamos a un lugar de gran tradición, con bonitas vistas al río y al centro histórico de la ciudad donde hicimos algunas fotos de recuerdo .

Después  de  pasear  un  rato  por  Triana,  junto  a las terrazas  de las calles  Betis  y  Pureza, preguntamos a un vecino por la capilla de la Esperanza de Triana. Resulta que el templo estaba a cien metros de nosotros, a mitad de manzana de la calle Pureza.

Hacia la  izquierda de  la Plaza del Altozano  llegamos  a la Calle Pureza, donde encontramos la Iglesia de Sana Ana y la Capilla de los Marineros.


Avenida de la Constitución
La Capilla de los  Marineros constituye la sede de la Hermandad de la Esperanza de Triana y la acabaron de construir a principios del siglo XIX. Es pequeña, íntima y vecinal. Sólo tiene una nave.  Sobre un altar barroco,  rebosante de flores, está la Virgen de Triana.  En los bancos de madera había algunas mujeres en actitud de oración. 

La Capilla de los Marineros es de obligada visita para todos los amantes de la Semana Santa.

Cuando salimos de la iglesia paseamos a lo largo de la Calle Betis, paralela al río y que ofrece las mejores vistas del casco viejo sevillano.

Buscamos un restaurante para cenar y volvimos paseando por el centro, pasamos por la Plaza del Triunfo, más tranquila a estas horas, hasta nuestro apartamento a dormir. Por las animadas calles  veíamos  la ciudad iluminada y  los  magníficos   monumentos históricos  que  hacen de Sevilla una ciudad especial.


Dia 2: Sevilla.

Nuestra primera visita del día es a los Reales Alcázares, en la Plaza del Triunfo. Antigua residencia real, gótico-mudejar. Adosados al recinto palaciego están los Jardines del Alcazar.

Real Alcázar
Ventana decorada
del Alcázar













El Real Alcázar es uno de los monumentos más espléndidos de Andalucia. Situado frente a la catedral, en la Plaza del Triunfo, es uno de los monumentos que más número de visitantes recibe cada año en España y Andalucia, por detrás de la Alhambra, la Mezquita de Córdoba y la Catedral de Sevilla, por lo que es frecuente que hayan largas colas cada día. Es aconsejable madrugar o sacar la entrada con antelación por internet para evitar la espera.

Jardines del Alcázar y la Fuente de Mercurio
El  Real  Alcázar  de  Sevilla  es   el   Palacio  Real.   Está   fortificado  y compuesto por  zonas construidas en diferentes épocas históricas. Tiene un espacio  palaciego mudejar  y otro gótico.  Aún así,  en reformas que vinieron después, se le aplicaron toques renacentistas y barrocos.


Sala de los Tapices

Es la residencia de los miembros de la Familia Real Española cuando visitan Sevilla. Esto hace que sea el palacio real en uso más antiguo de Europa. La Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad en 1987.

La construcción más antigua se debe a los reyes andalusíes que los habitaron, aunque también construyeron algunas salas otros reyes como  Carlos V y Felipe II.


Destacable el Patio de la Montería, Patio de las Muñecas, Patio de las Doncellas, de arte mudéjar andaluz; la Sala de los ReyesSala de Carlos V con grandes tapices y el Salón del Emperador con azulejos del siglo XV y tapices flamencos. 



Fascinante el Salón de Embajadores, el lugar más suntuoso del palacio y cubierto por una cúpula con adornos arabescos dorados. La Sala de Embajadores es una obra de gusto exquisito, hecha con delicadas filigranas, con geométricos azulejos en el zócalo y nudosas yeserías en las paredes.


Salón del Techo de Felipe II









Visitamos El Cuarto del Príncipe, que recibe este nombre por Juan de Tratámara, hijo de los Reyes Católicos, nacido en el Alcázar en 1478, fue en esta sala donde la Reina Isabel I dio a luz al Príncipe Juan.

También el Salón del Techo de Carlos V. Recibe ese nombre por su artesonado, realizado entre 1541 y 1543.


Patio de las Doncellas
El  Salón de los Tapices está decorado con seis tapices de la conquista de Túnez por Carlos I.

Los Jardines del Alcázar, con características árabes y renacentistas, se componen de varias terrazas, fuentes, naranjos y palmeras. Son un oasis de paz en medio del bullicio de la ciudad. Los jardines constituyen un elemento fundamental del Alcázar y son los más antiguos de la ciudad. Los naranjos, los rosales y las madreselvas se prodigan en estos jardines misteriosos y evocadores.


Patio de las Muñecas
También muy bonito el Estanque de Mercurio, probablemente del periodo árabe y lugar de almacenamiento de agua de toda la alcazaba.

Más tarde llegaron monarcas como Pedro I o el emperador Carlos V, que celebró su boda con Isabel de Portugal en estos bellos jardines.


Cúpula del Salón de Embajadores
Nuestra visita del Alcázar duró varias horas. En una sala dentro del palacio vendían dulces navideños hechos por las hermanas de los conventos de Sevilla y alrededores. 

El Salón de Embajadores
Después de salir del Alcázar por la puerta que da al Patio de Banderas, nos dirigimos al Archivo General de Indias. Fue nuestra siguiente visita. 

La entrada es gratuita y además, a diferencia del palacio, en el archivo no habían colas para entrar. Esta visita fue bastante más corta que la anterior.

La historia nos cuenta que tras el descubrimiento de América, la Corona eligió la ciudad de Sevilla como puerto exclusivo para el comercio con este continente. 


Archivo General de Indias
Felipe II decidió la construcción de un edificio para sede de la Lonja de Mercaderes entre1584 y 1598, que se llevó a cabo en la misma Avenida, junto a la Catedral.

El Archivo General de Indias fue creado en 1785, durante el reinado de Carlos III con el objetivo de centralizar  en   un  único  lugar   la  documentación  referente  a  las colonias  ultramarinas españolas que conserva  en sus  más de 9  kilómetros de estanterías y que hasta entonces se encontraba dispersa entre Simancas, Cádiz y Sevilla.


Pasillo con estantes de cedro y caoba
Contienen piezas de gran valor histórico: textos autógrafos de Cristobal Colón, Fernando de Magallanes, Vasco Núñez de Balboa, Hernán Cortés y Francisco Pizarro. 


El Archivo de Indias fue construido por Juan de Herrera. En sus dependencias acoge la más copiosa y rigurosa colección de documentos sobre el descubrimiento y la conquista del Nuevo Mundo. 

Por supuesto, los valiosos documentos no están expuestos al público, sino guardados en recintos climatizados para su conservación y preservación. El Archivo de Indias es uno de los mayores del mundo.
En su interior, las estanterías de caoba y cedro reúnen las historias de la América colonial, aquellas de cuando Sevilla era capital de medio planeta.


Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987.

A la salida ya se acercaba la hora de comer, nos pusimos a buscar un buen sitio de tapas. Encontramos muchos lugares con precios similares en la Calle Mateos Gagos, junto a la catedral, pero no era fácil encontrar una mesa libre en muchos de ellos. Finalmente nos decidimos por comer en la Taberna Belmonte.

Muy recomendables las tapas de rabo de toro, pisto, croquetas y los diversos pescados fritos que ofrecían en las tavernas y restaurantes.

Cuando   acabamos   de   comer estupendamente   y   mucho  más descansados, nos dirigimos hacia una zona más moderna, alejada y comercial   de   la   ciudad.
Caminamos hasta la Plaza de la Encarnación para visitar una de las         construcciones      más modernas de Sevilla: el Metropol Parasol  o  más  conocido como "Las Setas de Sevilla".

Se trata de una enorme estructura en forma de pérgola de madera y hormigón de 150 x 70 metros y una altura de 26 metros, finalizada en el año 2011, que alberga un mirador en la parte superior desde el que se puede contemplar una bella panorámica de la ciudad.

La Iglesia de la Anunciación junto a Las Setas. A lo lejos la Catedral y la Giralda
Mientras que hacíamos cola hasta poder subir en el ascensor, contemplamos el yacimiento arqueológico más importante de la época romana de Sevilla.

Personalmente la estructura no me gustó mucho, pero si que es útil como mirador de la ciudad. 


En la planta baja hay locales comerciales y el Museo Antiquarium. Junto a Las Setas hay bares y terrazas donde nos sentamos a descansar y tomar un refresco.

Volvimos hacia la zona de la catedral paseando por la Calle Sierpes y otras calles comerciales. La ciudad estaba animadísima, con la gente paseando y haciendo compras por unas bonitas calles iluminadas ya para la Navidad.



Cenamos en un restaurante de la Calle Santo Tomás, junto al Archivo de Indias, muy cerca de la Plaza del Triunfo donde queríamos contemplar el certamen de tunas que comenzó a las doce de la noche.

La Plaza  del Triunfo  se encuentra  situada en  el eje  de un  conjunto de edificios declarados Patrimonio de la Humanidad: el Alcázar, la Catedral y el Archivo General de Indias.

Su nombre se debe a un templete de estilo barroco que hay al costado del Archivo de Indias llamado Templete del Triunfo de Nuestra Señora del Patrocinio, con una imagen de la Virgen y el Niño construida en 1756.

Frente al templete encontramos el monumento dedicado a la Inmaculada Concepción, en el que todos los años, la noche del 7 de diciembre se realiza una ofrenda floral, así como un recital de tunas universitarias a las doce de la noche que congrega a un gran número de personas. 



Los primeros homenajes a la Virgen se produjeron en 1617, aunque los orígenes contemporáneos de esta tradición se remontan a 1927.

A las 12 de la noche, la plaza estaba a reventar de sevillanos y turistas, esperando en una noche fría, a que llegasen las tunas.

Desde aquí, nos fuimos a dormir. Había sido un día precioso.

Dia 3: Sevilla.

Por  la  mañana  queríamos dar  un paseo en barco por el Guadalquivir. Nada  más  salir  del apartamento, en apenas cinco minutos caminando por la Calle Santander y la Calle Postigo del Carbón llegamos hasta el río, justo a los pies de la Torre del Oro.


Aunque la habíamos visto el día de nuestra llegada, mientras paseábamos por el río ya de noche, fue en esta ocasión, a la luz del día, cuando la contemplamos largamente.

Es cierto que comparada con la Giralda es una torre más "humilde", pero nos resultó muy bonita y encantadora.


La Torre del Oro, en el Paseo de Colón, es un monumento almohade del siglo XIII que cerraba el paso al Arenal mediante un tramo de muralla y que la unía con la Torre de la Plata, formando parte de las murallas de la ciudad que defendían el Alcázar y completando el sistema defensivo almohade al defender el puerto. 

Se llamó Torre del Oro desde la época almohade por el brillo producido por el mortero de cal y paja que se reflejaba en el río.



La Torre del Oro tiene una altura de 36 metros y esta formada por tres cuerpos. El primer cuerpo, dodecagonal, fue construido entre 1220 y 1221 por orden del gobernador almohade. El segundo cuerpo, también dodecagonal, fue mandado construir por Pedro I el Cruel en el siglo XIV. Por último, el cuerpo superior, cilíndrico y rematado en cúpula dorada, fue construido en 1760 tras el terremoto de Lisboa de 1755.

Fue declarada Monumento Histórico-Artístico en 1931.


La Torre del Oro esta situada en el margen izquierdo del río, junto a la plaza de toros de la Real Maestranza. Fue construida durante la última época de dominio musulmán. 

La Torre del Oro, viejo baluarte almohade, es ahora el Museo Naval de la ciudad.


Los barcos parten cada media hora desde el embarcadero situado junto a la Torre del Oro entre las 10:00 y las 19:00 en invierno.

El barco disponía de una cubierta panorámica que nos permitió disfrutar de los monumentos sevillanos situados a orillas del río. Eso sí, pasando un poco de frío.

Las verdosas aguas del Guadalquivir se rompían al paso de las piraguas y las embarcaciones de recreo mientras las parejas caminaban por el Paseo de Colón. 


Puente de Triana
Nos acercamos hasta la Isla de la Cartuja, sede de la Expo 92, el Pabellón y la Torre de la Navegación, el moderno Puente de la Barqueta, la Cartuja, la antigua fábrica de tabacos, el famoso Puente de Triana y el Palacio de San Telmo (sede del Parlamento Andaluz).


Palacio de San Telmo
El paseo en barco dura aproximadamente 1 hora, que se hizo muy corta y mereció la pena por las vistas de la ciudad desde el río.

Cuando  acabó nuestro  pequeño paseo en barco,  cruzamos el Paseo de Colón  y enfrente, algunos grupos de turistas hacían cola ante el Museo taurino de la Real Maestranza.


Puente del Alamillo
Tras casi una hora de espera, visitamos con una guía la famosa plaza de toros de Sevilla.

La plaza de toros de la Maestranza se encuentra en el barrio del Arenal. Fue construida en el siglo XVIII y pertenece a la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.








El interior del edificio alberga el Museo Taurino y la Capilla de los Toreros. La plaza cuenta con 11.000 localidades y es el tercer monumento sevillano más visitado.

Nos pareció soberbia la galería de arcos y su puerta principal conocida como la Puerta del Príncipe.  También  nos causó emoción poder pasar a la arena y ver la plaza  desde ese punto. 

Al terminar la visita,  cruzamos el Paseo de Cristobal Colón  y comemos en el Mercado  Lonja del Barranco, junto al Puente de Triana.


Plaza de Toros La Maestranza
A los pies del Puente de Isabel II, y con bonitas vistas del río, el atractivo mercado gourmet se asienta sobre la antigua Lonja Sevillana, o Naves del Barranco, diseñada por el popular ingeniero francés Gustave Eiffel en 1861, y ofrece una combinación gastronómica, lúdica y cultura.


Exterior de la Maestranza
Más de veinte puestos de pescaíto frito, marisco, guisos, charcutería, pizza, carne, flores y libros. Además, actuaciones musicales y teatrales, exposiciones y conferencias, un enclave similar a "La Alhóndiga" en Bilbao, o el "Mercado de San Miguel" en Madrid.













El mercado también dispone de una terraza para disfrutar de la comida a pleno sol y con vistas al río Guadalquivir.

Cuando acabamos de comer, cruzamos el río y nos adentramos en el barrio de Triana.

En Triana destaca sobre todo la calle Betis, al borde del Guadalquivir, con sus casas de colores y abundantes bares y tabernas. La calle de la Pureza es la mejor conservada. 

Paseamos por las animadas calles, con un sinfín de terrazas, bares y restaurantes, y después de tomar un café en una de ellas, cogemos un autobus en el Paseo de Colón que nos dejó en el Puente de Los Remedios junto al Parque de María Luisa. Queríamos volver a ver con otra luz, la maravillosa Plaza de España.


Nos adentramos en el parque por la Avenida Rodríguez de Casso hasta llegar a la Plaza de España. Si bien es cierto que encontramos muchos visitantes, aunque quizás menos que la otra vez, como la plaza es muy grande, en ningún momento tuvimos sensación de agobio.

Plaza de España
Disfrutamos de la magnífica panorámica que teníamos desde la fuente del centro de la plaza. No es de extrañar que sea uno de los monumentos más visitados en Sevilla. 

Volvemos caminando por la Avenida Isabel la Católica y la Calle Palos de la Frontera, entre la Universidad, el Palacio de San Telmo y el precioso Hotel Alfonso XIII hasta la Puerta de Jerez para ver el encendido del árbol navideño que hay allí. 



Tanto la plaza, como la Avenida de la Constitución era un mar de gente. No se podía caminar. En pocas ocasiones he visto tantas personas paseando por su ciudad. Y no eran turistas, eran sevillanos disfrutando de su ciudad en un día festivo. Impresionante.

Hotel Alfonso XIII
Cuando conseguimos salir de esa marea humana, nos dirigimos hacia el barrio de Santa Cruz para buscar un sitio donde cenar. Finalmente encontramos una mesa en un bonito restaurante de la Calle Mateos Gago.


Puerta de Jerez
Y para finalizar ese bonito día, nos adentramos por el Patio de Banderas, solitario y silencioso a esa hora de la noche y llegamos hasta el Callejón del Agua. Junto a la muralla del Alcazar. La zona estaba tranquila, al fondo veíamos la Giralda iluminada y la Catedral. Un espectáculo maravilloso.

Dia 4: Sevilla.

En general los hoteles y apartamentos turísticos ofrecen el servicio de guarda equipajes, pero algunos no lo hacen.  En nuestro caso, cuando decidimos ir a Sevilla y elegimos el lugar para nuestra estancia, preguntamos y nos dijeron que no tenían ese servicio.


En el Parque de María Luisa












Si llegas temprano a una ciudad, o a la salida del hotel tienes unas cuantas horas antes de dejar la ciudad, te viene genial el servicio de consigna de maletas.


En la Plaza Virgen de los Reyes, junto a la Giralda alquilamos un coche de caballos para dar un bonito paseo por la ciudad.

Barrio de Santa Cruz. Murallas del Alcázar y Callejón del Agua
Aunque pueda parecer una actividad muy turística, dar un paseo en coche de caballos puede ser muy divertido si se hace en familia (hasta 5 pasajeros) o romántico si se hace en pareja. También es muy cómodo para ver algunos de los lugares más interesantes de Sevilla.

El Balcón de la Rosina junto a los Jardines de Murillo
Lugar que ocupaba
la primitiva Iglesia
de Santa Cruz














Además, los cocheros hacen de guías improvisados señalando sobre los atractivos turísticos que se recorren. 

Existen varias paradas oficiales donde tomar un coche de caballos ya que la ordenanza municipal establece los puntos donde pueden recoger pasajeros. Estas paradas son la Catedral, la Plaza de España, el Parque de María Luisa, La Torre del Oro, la Plaza del Triunfo y la Plaza de la Virgen de los Reyes. 


Jardines de Murillo en el Barrio de Santa Cruz














Estos paseos son muy populares y podíamos ver muchos coches por toda la ciudad.

Nos llevó por todo el centro histórico hasta el Parque de María Luisa, dentro del parque nos enseñó los rincones más hermosos y los edificios más emblemáticos del conjunto.

Dentro del mismo encontramos las Plazas de España y de América, ambas construidas para la Exposición Iberoamericana de 1929. Probablemente son los puntos turísticos más importantes que visitar en el Parque, y uno de los lugares más bonitos que ver en Sevilla.

El Parque de María Luisa fue el primer parque urbano de Sevilla y uno de sus pulmones verdes. En un principio formaban parte de los jardines privados del Palacio de San Telmo y fueron donados por la Infanta Maria Luisa, que vivía en este palacio, a la ciudad en 1893. En 1983 fue declarado Bien de Interés Cultural.

Para la Exposición Americana se realizaron obras en la Plaza de America para poder construir el Pabellón de Bellas Artes (actual Museo Arqueológico), el Pabellón Mudejar (actual Museo de Artes y Costumbres) y el Pabellón Real. En 1914 se inició la construcción de la Plaza de España, más al norte, pero dentro del parque.

También se amplió el proyecto con la construcción de distintas glorietas con rememoranzas literarias y culturales como la Glorieta de CervantesGlorieta del Reloj, Jardín de los Leones, y otras. Nos encantó la Glorieta de Gustavo Adolfo Bécquer.

Antiguo Hospital de Los Venerables
Encantados con el paseo, decidimos adentrarnos en el bonito barrio de Santa Cruz y perdernos por sus callejuelas.

Santa  Cruz  es  un  barrio del  Casco Antiguo  donde se  encuentran la Catedral, el Palacio Arzobispal,  el Alcázar y el Archivo  General de Indias. En la Edad Media la judería de la ciudad estaba situada en este barrio. 

Era la segunda comunidad judía más importante de España, tras la de Toledo. La judería de Sevilla es posiblemente una de las más antiguas de España. El barrio vivió su apogeo en el siglo XIII.

Cuando en 1248 el rey Fernando III de Castilla reconquistó la ciudad a los musulmanes, los judíos se instalaron en los barrios de Santa Cruz y San Bartolomé.


Sevilla contaba con siete kilómetros de murallas. Aunque fueron derribadas para facilitar el crecimiento de la ciudad, algunas aún se conservan. Hicimos una ruta junto a los restos de murallas para conocer lugares muy especiales.

Desde los Reales Alcázares nos adentramos por el famoso Patio de Banderas, que aunque está dentro de los muros del Alcázar, es de uso público. Caminamos por un pasaje abovedado, hasta llegar al Callejón del Agua en la antigua Judería. Sin duda es una de las mejores formas de descubrir el Barrio de Santa Cruz. Este recorrido culmina en la Plaza de Santa Cruz y los famosos Jardines de Murillo.

También en este barrio hay muchos lugares para comer. Por la calle Mateos Gagos es recomendable hacer alguna parada en los numerosos restaurantes para probar sus vinos y tapas.



La imagen romántica de la ciudad se identifica  con este barrio de calles estrechas, plazas recoletas, patios con flores y ventanas enrejadas. En el barrio de Santa Cruz, situado a espaldas de la catedral, abundan las tabernas y restaurantes y tablaos flamencos.

Los lugares más emblemáticos son el Callejón del Agua, pegado a los muros de los Reales Alcázares, con construcciones populares que se abren a patios floridos; la plaza de Doña Elvira, muy recoleta y la plaza de Santa Cruz.

En el barrio de Santa Cruz sus calles, plazas y casas se levantaron hace unos ochenta años, como ejemplo ideal de pueblo andaluz.

Aunque el barrio tiene algo de artificioso, ha ganado historia. Incluso el edificio del Hospital de los Venerables, construido en 1676 y más antiguo que todo cuanto lo rodea, se ha integrado en el paisaje como si fuera uno más de los nuevos Tras su abandono, fue restaurado en 1991

Santa Cruz es un territorio romántico por el que paseó Gustavo Adolfo Bécquer. O como el que Antonio Machado rememoró en sus poemas. Sus plazas luminosas, rodeadas de casas señoriales, y callejones íntimos como el del Agua, donde vivió el viajero estadounidense Washington Irving.

Entramos a la Bodega de Santa Cruz, conocida en el barrio como "Las Columnas", nos habían aconsejado comer alli, Queríamos probar una "pringaita", pero fue imposible, la parroquia se apretuja dentro y fuera en la puerta mientras la tuna se anima a cantar a la vez que toman una cerveza.

Calle Mateos Gago junto a la Plaza Virgen de Los Reyes
Aunque ya habíamos estado anteriormente, Sevilla se nos descubrió como una ciudad bellísima, con un ambiente inmejorable.

Desde luego una ciudad para volver a visitar. 

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